Mallo colorado. Ultravox. 120 metros, 5c
El domingo, pese al cambio de hora, nos levantamos a las mil. Vamos al bar de Toño, y vemos que el asunto es generalizado, la gente está perreando más de lo habitual. Tomamos un café, y nos vamos para el depósito de agua. Aparcamos y nos subimos toda la cuesta hasta el Mallo Colorado. Tengo una cuenta pendiente con la Ultravox, ya me he bajado llorando una vez, así que esta me llevo los estribos.
Cuando llegamos a pie de vía hace ya bastante calor, no como en la NO de la Aguja Roja, que nos pelamos. Se puede escalar sin camiseta. Hay gente en la Victor García y en la Anorexia, pero en la nuestra no. Bien, un día de calorcete y sin gente en la vía. Y con los gatos buenos, así que no hay excusas.
El primer largo es un muro de 20 o 25 metros, de quinto. La primera chapa esta demasiado baja, y hay un aleje al final, compensado por una sabina en el sitio justo. Dudo un rato entre chaparla o seguir, y al final acabo lazándola y acabando el largo sin problemas. De la R1 vemos llegar a Guillem Cocoloko, y le indicamos dónde queda la entrada de la Anorexia
El segundo es una típica panza riglera, a la que en la guía le dan 5c. Yo creo que será un poco más duro, pero no sé cuánto más, porque entré en el largo con los pedales desplegados, y me colgué de todo. Con un pedal sale bien, hay tres chapas bastante juntas en el desplome, y también se puede ir en A0 de chapa a chapa. Luego tumba mucho, hasta convertirse en una rampa de I. Cuando has perdido la esperanza de encontrar la R, aparecen dos parabolts con anilla, salen unos 45 metros de largo.
El último largo le toca a Montse. Hay que andar hasta la R3 de la Anorexia, y después se sigue hasta la cima. Hay que escalar aún un poquito por roca regular, pero Montse resuelve el paso sin problemas y monta la R3 en dos parabolts. Subo, recogemos las cosas y vamos a buscar el rapel, montado con una sirga en unos arbustos. Con la cuerda de 70 llega muy justo hasta el suelo, aunque con cuerdas más cortas no hay problema en destrepar con cuidado los últimos metros. El tramo vertical son 25 metros o así.
Después, vuelta al pueblo, a volver a estar con la gente y a escuchar más piadas. Hoy la cosecha no ha sido tan buena, pero la gente se ha ido apuntando La Caída de los Dioses, la Mosquitos, la Anorexia, y algo de deportiva también. Nos despedimos de la gente y nos marchamos, esperando volver a Riglos un poco más fuertes, y también ver de nuevo a la gente en Margalef, o donde sea.
1 comentario:
Sólo he estado una vez en Riglos, y tengo unas ganas locas por volver. Esta vía podría ser un objetivo. Me la apunto.
Slds.
Publicar un comentario