Integral de las gronsas. Els Ports
Este sábado nos acercamos por fin a los Ports. La tormenta del viernes nos hizo dudar un poco, pero al final el sábado amaneció más calmado, y después de juntarnos a desayunar con Dario y Rafa en Horta, tomamos la pista de els Estrets, hasta una pequeña presa, donde dejamos los coches.
La cresta es bastante larga, unos tres kilómetros, pero las reseñas indican muchas zonas de caminar relajado, y unas pocas de escalada, así que confiamos en poder acabarla sin usar el frontal.
Gronsa Nord
De la presa, remontamos la ladera hasta alcanzar el lomo de la cresta, que todavía no está marcada. Por terreno sencillo llegamos al pie del primer resalte. Es posible escaquearse por la izquierda, pero lo atacamos por la derecha, por un diedro equipado con dos espits. Es fino de pies, pero hay buen canto para subir en bavaresa. Monto reunión en el pino gordo, y recupero a los demás, sin problemas.
Después, viene la segunda tirada, más problemática. Se le entra por donde menos desploma, hay un spit con el casquillo muy salido para proteger la entrada, buen canto y buenos pies. Unos pasos atléticos y se llega al segundo seguro, un buril con cordinos viejos. Después de chaparlo se me parte el bolo que tenía pillado en la mano izquierda, igual me había pasado un poco al forzar en libre por roca regular. Lo mando al infierno de los bolos, acero un poco para respirar, y vuelvo al filo de la arista, un paso fino, dos spits y ya está, a buscar la R. Hay una sabina con cordinos, en una repisa, que es donde monto. Más allá había un spit solitario, que tampoco era ninguna maravilla.
Detrás suben Rafa y Montse. A Rafa se le amontona un poco el desplome, pero con calma, tranquilidad y la ayuda de Montse acaba superándolo y llegando a la R, petado de brazos y agotado. Detrás Darío pasa mejor el desplome, pero paga el esfuerzo en los metros de después, y también llega cansado a la R. Estamos un poco desanimados, porque nos ha costado más de lo que esperábamos. Pero según la reseña ya hemos pasado lo peor, así que después de un trago y unas barritas, reanudamos la marcha.
Caminando alcanzamos la cima del Embut, desde donde ya nos metemos de lleno en el ambiente de las Gronsas. Sin grandes problemas bordeamos el Embut, escaqueándonos por la derecha (II) un corto espolón rocoso. Así, ganamos la cima de la Gronsa Nord, y destrepamos hacia el collado con la Gronsa Central. Casi abajo hay un destrepe delicado (III) que evitamos mediante un corto rápel desde una sabina.
Gronsa central
Del collado se toma una vira por la izquierda. Enseguida la abandonamos hacia la derecha, para remontar un diedro tumbado defendido por una sabina. Se llega a una brecha, y se continúa por el filo de la cresta. Un pequeño pero muy aéreo destrepe (I) nos deja en terreno más cómodo, desde donde alcanzamos ya la cima de la segunda Gronsa del día.
De la cima encontramos unos hitos que nos llevan a una primera instalación de rápel, en una sabina. La parte de arriba es incómoda, irregular y con piedras sueltas. Veinte metros más abajo hay que buscar un buen resguardo fuera del alcance de las piedras que vengan de arriba.
Bajamos todos y continuamos caminando por terreno empinado, en busca del segundo rápel. Un parabolt con anilla (???) invita a rapelar un diedro muy cómodo de destrepar (II), y con roca compacta. Abajo hay unos cordinos en unas sabinas. Casi he montado el rápel cuando mis compañeros ven una reunión en condiciones, de dos parabolts con anilla. Cambiamos la R y hacemos el segundo de los rápeles, treinta metros algo tumbados y destrepe (I) con cuidado hasta el collado con la Gronsa Sud.
Gronsa Sud
Del collado, un sendero nos lleva en dirección a la cima. Una placa tumbada (II) obliga a prestar atención a la colocación de pies y manos, pero la roca es compacta. La cima todavía no es momento de celebraciones. Aún queda un poco de faena. La cresta sigue, y se camina por terreno delicado y a veces expuesto. Llegamos a una pequeña aguja, con un corto resalte que interrumpe el paso. La roca tiene mal aspecto, y es de difícil protección. Sacamos de nuevo la cuerda y lo escalamos (III expo). Continuamos la cresta hacia abajo. Evitamos mediante un rápel destrepar una corta chimenea empinada (III) y atacamos la última aguja de la jornada. O más bien nos defendemos de ella, porque con el cansancio, y los principios de insolación y deshidratación que llevamos no estamos para atacar nada. Una travesía por el Este nos lleva a los pies de una chimenea con vegetación. Podemos escalarla (II) para pisar la última aguja, o bien continuar el flanqueo por el Este. A partir de aquí, y ya por terreno cada vez más cómodo, vamos acabando la cresta, hasta acabamos dentro del río, donde, ya sí, podemos disfrutar del trabajo realizado. Jornada completa, ocho horas, y sin parada para el bocadillo.
Del río nos quedan cinco minutos de camino hasta el párking donde deberíamos haber dejado uno de los coches para hacer la combinación. Como somos algo melones, los dos coches estaban juntitos al comienzo de la cresta, así que tenemos media hora más de pateo, observando desde abajo el terreno que habíamos recorrido por arriba.
1 comentario:
Espero que os hayais quedado con ganas de escalar en esa zona, porque estoy ansioso por hacer ese recorrido.
Lástima que me enteré tarde.
Salut i sort!
Publicar un comentario