Arista de los Murciélagos al Aspe
Ayer nos acercamos al Aspe, con la intención de subir por la Arista de los murciélagos. A primera hora no hay muchos ánimos, así que David y Xavi se decantan por fin, por la vía normal, mientras que Silvia, Montse y yo mantenemos el objetivo. Es mi tercer intento a la arista. En el primero entramos desde el collado, con demasiado frío y poca experiencia, y un poco antes de llegar al rápel me dio una buena pájara, y Jokin se tuvo que aplicar para montar tres rápeles y sacarme de allí. En el segundo intento, con algo más de experiencia y acompañado con Jose y Gaizka, descubrimos que la escalada en montaña y la escalada deportiva son cosas diferentes. En aquella ocasión sí salimos por arriba, pero batimos de largo el record de permanencia, montando la última reunión en el vertice geodésico de la cima a las diez de la noche. Al menos fue unos minutos antes de que entrara una tormenta con fuerte aparato eléctrico. Alguna lección hemos aprendido, aunque siempre se pueden aprender más cosas.
La aproximación es sencilla, remontando el Cubilar de Rigüelo para girar arriba hacia el collado de Aísa. Los prados están teñidos de colores otoñales. También vemos un trío de escaladores más madrugadores que nosotros se meten en la arista oeste del Rigüelo, que también tengo pendiente después de otro abandono. Antes de llegar al cuello de Aísa tomamos una pedrera a la izquierda para escaquearnos la parte inferior de la arista, que no es más fría que bonita. En dos horas y media llegamos al pie de vía, donde los edelweiss nos dan la bienvenida. Una pareja de escaladores vascos sí que suben desde abajo. Van bien, y le tiran por lo recto, mientras que nosotros buscamos el terreno más sencillo, con lo que al final vamos a hacer dos vías completamente diferentes.
La aproximación es sencilla, remontando el Cubilar de Rigüelo para girar arriba hacia el collado de Aísa. Los prados están teñidos de colores otoñales. También vemos un trío de escaladores más madrugadores que nosotros se meten en la arista oeste del Rigüelo, que también tengo pendiente después de otro abandono. Antes de llegar al cuello de Aísa tomamos una pedrera a la izquierda para escaquearnos la parte inferior de la arista, que no es más fría que bonita. En dos horas y media llegamos al pie de vía, donde los edelweiss nos dan la bienvenida. Una pareja de escaladores vascos sí que suben desde abajo. Van bien, y le tiran por lo recto, mientras que nosotros buscamos el terreno más sencillo, con lo que al final vamos a hacer dos vías completamente diferentes.
L1(III): Una chimenea con un bloque empotrado nos permite ganar fácilmente la brecha después de la aguja Dondeestastú. Hay un clavo, y se protege bien el resto. La roca aún está muy fria, pero el canto es generoso. Un diedro situado en la vertical de la chimenea es el sitio natural para montar la R0, pero canaliza las piedras que pudieran caer, la experiencia nos lleva a montarla algo desplazada a la derecha. La opción directa es tirarle recto a la aguja, y luego destrepar a la brecha, sale IV+ y hay clavos.
L2(III): De la brecha caminamos en horizontal por la vertiente sur de la aguja. Un par de pasos aislados y nos colocamos en una marcada canal. Cuando remonto la última canal recuerdo que la primera vez que subí me parecio muy tieso, y todo muy roto, y que no había forma de proteger. Después bajamos rapelando la canal. La roca no es demasiado mala, y es bastante tumbada. Se llega sin problemas al filo de la arista, en una brecha poco marcada. Busco un sitio para montar R al sol, pero queda algo forzado, así que tocará aguantar a la sombra un poco más. Monto la R bajo la brecha, y los vascos me pasan literalmente por encima. Ellos le han dado recto por la placa, dicen que es un largo precioso, también de IV+, y también con clavos.
L3(II/I): Se remonta un resalte sencillo, y se sigue la arista por el filo, que no es demasiado estrecho. La tirada es bonita, con ambiente a ambos lados, pero sin gran dificultad, para disfrutar del entorno. Caminando y vigilando algún paso se llega a una instalación de rápel. Entre la multitud de cordinos reconozco uno de cinco metros, que abandonamos para hacer el primer rápel, y que alguien debió coger de la cresta y llevarlo hasta la instalación. Espero que alguno de los cordinos que hay sea mejor que ese.
L2(III): De la brecha caminamos en horizontal por la vertiente sur de la aguja. Un par de pasos aislados y nos colocamos en una marcada canal. Cuando remonto la última canal recuerdo que la primera vez que subí me parecio muy tieso, y todo muy roto, y que no había forma de proteger. Después bajamos rapelando la canal. La roca no es demasiado mala, y es bastante tumbada. Se llega sin problemas al filo de la arista, en una brecha poco marcada. Busco un sitio para montar R al sol, pero queda algo forzado, así que tocará aguantar a la sombra un poco más. Monto la R bajo la brecha, y los vascos me pasan literalmente por encima. Ellos le han dado recto por la placa, dicen que es un largo precioso, también de IV+, y también con clavos.
L3(II/I): Se remonta un resalte sencillo, y se sigue la arista por el filo, que no es demasiado estrecho. La tirada es bonita, con ambiente a ambos lados, pero sin gran dificultad, para disfrutar del entorno. Caminando y vigilando algún paso se llega a una instalación de rápel. Entre la multitud de cordinos reconozco uno de cinco metros, que abandonamos para hacer el primer rápel, y que alguien debió coger de la cresta y llevarlo hasta la instalación. Espero que alguno de los cordinos que hay sea mejor que ese.
L4(I+): Después del rápel de 18 metros, se supera un resalte y por terreno fácil se alcanza el filo de un marcado espolón. Lo hacemos desencordados, sin problemas.
Delante queda la gran pared triangular de la antecima este del Aspe. Tirándole todo recto, como los vascos, salen tres tiradas, con algún paso de V, y algún clavo en las zonas más delicadas. Nosotros vamos buscando el terreno más sencillo, y primero cruzaremos toda la pared hacia la derecha, para después volver a la izquierda a recuperar el filo del espolón.
L5(IV): Se entra tres metros a la derecha del espolón, buscando el terreno más sencillo. Cuanto más se empina el espolón, más a la derecha tiramos. Hay algún clavo, y algún paso delicado, y se protege más o menos bien. Cuando ya se está acabando la cuerda llego a un clavo brillante, que se veía desde el rápel. Al lado hay otro clavo óxidado, y una fisura perfecta para el Camalot #.5
L6(IV): Travesía a la derecha, por placas tumbadas con roca compacta y adherente. Hay dos o tres clavos. Al final de la travesía, ya en el borde de la pared, se ve otro clavo, aunque mejor no llegar hasta él, y remontar unos metros por resaltes empinados con buen canto, para montar R en un bloque en una gran repisa.
L7(III): Travesía a la izquierda por la marcada repisa herbosa. Sencillo con apenás un pasito. Una vez se vuelve a ganar el filo del espolón se suben unos metros por un sistema de chimeneas, hasta buscar un buen emplazamiento para la reunión.
L8(V): Una tirada corta para acabar bien. Veo un escape sencillo por la derecha, pero por primera vez no me escaqueo y le tiro directo, en busca de un desplome. Una vez bajo el, hago un paso de travesía a la derecha, para salir por un diedrillo. Desploma algo, y pese a haber buen canto, la roca no da demasiada confianza, y acaba saliendo más prieto de lo que esperaba. Un poco de placa, un último clavo y reunión en los bloques de la antecima.
Desde la antecima saludamos a David y Xavi, que llevan un buen rato esperando en la cima. Plegamos las cuerdas y seguimos el filo aéreo pero sencillo, en dirección a la cima principal. La brecha donde desemboca la Norte clásica del Aspe interrumpe el camino. Para ganarla retrocedemos un poco, y destrepamos unos metros por la cara Norte (II). Una pequeña travesía hasta la brecha y otra trepada sencilla (II) nos llevan a la cima principal, donde nos hacemos la foto del grupo al completo.
Bajando disfrutamos por la siempre sorprendente vía normal, atravesando el lapiaz. El recorrido se hace agradable, más aún comparándolo con la vez anterior, de noche, con dos frontales para tres, lloviendo a cántaros, y utilizando la luz de los rayos para escrutar el camino en busca de cairns. Antes de las cinco llegamos al coche, con lo que mejoramos en ocho horas el tiempo de la vez anterior. Hacemos la foto típica de los Lecherines, bajamos al coche y nos dedicamos con calma a buscar un sitio para echar un bocadillo, que no fue fácil.
5 comentarios:
Me han hablado bien de esta arista. Está pendiente.
Slds.
La arista es maja, con el recorrido bastante customizable, aunque la roca no es buena en los tramos sencillos, y hay que vigilar todo el tiempo. Pero el mayor problema que puedes tener es que debe estar entre 100 y 120 puntos SPM.
Buena, buena...
y por fin te la sacaste de la lista de pendientes.
Enhorabuena!
Joder que machines sois, no parais, esa la tenemso pendientes nosotros tb.
Zorionak por la ascensión campeones!!
Nos vemos en Riglos?
Jose y Eva
Bones!!!
que xula, quin paisatge mes impressionant...
l'apunto!!
Felicitats!!
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