Cresta del Ferrán
Ayer domingo nos fuimos a hacer la cresta del Ferrán. La meteorología no era del todo propicia, y la previsión apuntaba a que se iban a freír hasta las lagartijas. Aún así aceptamos el desafío, y aprendidos del domingo anterior tomamos las medidas oportunas para combatir la chicharrina.
Dormimos en Oix, y antes de amanecer ya nos habíamos puesto en marcha. Tomamos la pista de Hormoier. A partir del segundo puente la pista está en mal estado. Con un turismo se puede pasar, pero andando es más rápido, así que mejor aparcar después del primer puente. En la mochila llevamos poco material (cuerda de 60, rapeladores, seis cintas largas y una R) y mucha agua.
El acceso a la cresta es sencillo, siguiendo la pista se atraviesa el desfiladero hasta llegar a un prado. Atravesando el prado se llega a una pasarela de madera por donde se cruza el río. Se sigue unos metros y se toma el segundo sendero hacia la derecha, hay una pequeña indicación, y una cruz de color amarillo en un árbol. Seguimos el sendero hasta casi cruzar el desfiladero. Un gran hito y una gran flecha pintada en la roca indican el comienzo de la trepada, donde nos ponemos ya el casco y el arnés.
Un sendero empinado, con abundantes marcas rocas y algún paso suelto nos llevan al primer punto delicado de la cresta, una travesía hacia la izquierda, de III, con cuatro parabolts. Después se ataca recto un muro, también de III mantenido, con algún árbol para proteger la marcha. Y se llega a la cueva, ya más fácil pero con algún paso suelto, algo sucio. Se atraviesa la primera mitad de la cueva y se sale por la izquierda, para alcanzar ya el filo de la cresta.
Y ya no hay pérdida, seguir la cresta para arriba, y para abajo, mucha trepada, mucho canto, algún paso de mirarse, pocas zonas de caminar, y roca excelente con contados bloques inestables. Se va subiendo hacia el este, así que madrugando se disfruta de sombra buena parte del recorrido. La cresta es muy larga, no es un buen sitio para iniciarse en este tipo de terreno, porque el horario se puede escapar de las manos fácilmente. Y es aérea, ma non troppo.
Después de un buen rato de crestear, se llega a una brecha con una buena instalación de rápel en la parte superior. Un rápel de casi 30 metros nos deja en la brecha. Después, viene el largo clave de la cresta. Hay que escalar un muro de IV, en ligera diagonal a la derecha. Hay un par de clavos, y se pueden lazar también un par de encinas. Después, se vuelve al filo de la arista, donde hay buenos sitios para montar R. Continuamos un poco hasta un sitio cómodo y ya recogemos el material.
Pero la cosa no se ha acabado, aún queda un buen trozo de cresta hasta llegar a la cima, en el que pese a ir caminando la mayor parte del tiempo, aún tendremos que seguir prestando mucha atención, y trepar algún paso suelto también. Aquí el sol empieza a apretar, pero no hay que tocar demasiado la roca, y además los tramos descubiertos se alternan zonas de bosque, aún frescas.
En la cima comemos algo, bebemos bien de agua, una foto y para abajo por la normal. No hay pérdida, sendero bastante marcado hasta el collado al Norte (Talaixa) y después, seguir el valle hacia el Oeste, primero siguiendo el GR-11, y después marcas amarillas que nos conducen hasta la pasarela de madera, todo ello mayormente a través del bosque, donde se empieza a notar el calor, pero a salvo del sol.
Y ya está, una cresta muy larga, en la que hay que tener bastante cuidado con los horarios, porque no es raro que se haga de noche, o que el calor de las horas centrales del día haga estragos, o que durante la actividad se forme alguna tormenta. Madrugar mucho ayuda, en cualquier caso. Y llevar bien de agua. La dificultad (III con un paso de IV) podría indicar que es un paseíllo, pero en cambio es algo más duro.
Dormimos en Oix, y antes de amanecer ya nos habíamos puesto en marcha. Tomamos la pista de Hormoier. A partir del segundo puente la pista está en mal estado. Con un turismo se puede pasar, pero andando es más rápido, así que mejor aparcar después del primer puente. En la mochila llevamos poco material (cuerda de 60, rapeladores, seis cintas largas y una R) y mucha agua.
El acceso a la cresta es sencillo, siguiendo la pista se atraviesa el desfiladero hasta llegar a un prado. Atravesando el prado se llega a una pasarela de madera por donde se cruza el río. Se sigue unos metros y se toma el segundo sendero hacia la derecha, hay una pequeña indicación, y una cruz de color amarillo en un árbol. Seguimos el sendero hasta casi cruzar el desfiladero. Un gran hito y una gran flecha pintada en la roca indican el comienzo de la trepada, donde nos ponemos ya el casco y el arnés.
Un sendero empinado, con abundantes marcas rocas y algún paso suelto nos llevan al primer punto delicado de la cresta, una travesía hacia la izquierda, de III, con cuatro parabolts. Después se ataca recto un muro, también de III mantenido, con algún árbol para proteger la marcha. Y se llega a la cueva, ya más fácil pero con algún paso suelto, algo sucio. Se atraviesa la primera mitad de la cueva y se sale por la izquierda, para alcanzar ya el filo de la cresta.
Y ya no hay pérdida, seguir la cresta para arriba, y para abajo, mucha trepada, mucho canto, algún paso de mirarse, pocas zonas de caminar, y roca excelente con contados bloques inestables. Se va subiendo hacia el este, así que madrugando se disfruta de sombra buena parte del recorrido. La cresta es muy larga, no es un buen sitio para iniciarse en este tipo de terreno, porque el horario se puede escapar de las manos fácilmente. Y es aérea, ma non troppo.
Después de un buen rato de crestear, se llega a una brecha con una buena instalación de rápel en la parte superior. Un rápel de casi 30 metros nos deja en la brecha. Después, viene el largo clave de la cresta. Hay que escalar un muro de IV, en ligera diagonal a la derecha. Hay un par de clavos, y se pueden lazar también un par de encinas. Después, se vuelve al filo de la arista, donde hay buenos sitios para montar R. Continuamos un poco hasta un sitio cómodo y ya recogemos el material.
Pero la cosa no se ha acabado, aún queda un buen trozo de cresta hasta llegar a la cima, en el que pese a ir caminando la mayor parte del tiempo, aún tendremos que seguir prestando mucha atención, y trepar algún paso suelto también. Aquí el sol empieza a apretar, pero no hay que tocar demasiado la roca, y además los tramos descubiertos se alternan zonas de bosque, aún frescas.
En la cima comemos algo, bebemos bien de agua, una foto y para abajo por la normal. No hay pérdida, sendero bastante marcado hasta el collado al Norte (Talaixa) y después, seguir el valle hacia el Oeste, primero siguiendo el GR-11, y después marcas amarillas que nos conducen hasta la pasarela de madera, todo ello mayormente a través del bosque, donde se empieza a notar el calor, pero a salvo del sol.
Y ya está, una cresta muy larga, en la que hay que tener bastante cuidado con los horarios, porque no es raro que se haga de noche, o que el calor de las horas centrales del día haga estragos, o que durante la actividad se forme alguna tormenta. Madrugar mucho ayuda, en cualquier caso. Y llevar bien de agua. La dificultad (III con un paso de IV) podría indicar que es un paseíllo, pero en cambio es algo más duro.
4 comentarios:
La misma sensacion que tuve yo... no es para principiantes, o por lo menos no es para iniciase. no es dificil, pero es entretenida y larga...
pero si se hace con tiempo y agua, es un apreciosa actividad
Mmm... otra de las que tenemos pendientes.... pero ya va a quedar para dps d ela India :p
Tal vez no sea para hacer la primera cresta que se hace, pero tampoco es necesario tener un nivel alto de escalada pero sinembargo sí estar, curtidillo en terrenos de aventura.
AHHHHHHHHH!!!!!! yo no pasaria con un turismo normal mas del segundo puente , hay un parking a la izquierda para unos 3 o 4 coches , despues del segundo puente el terreno empeora considerablemente ... Ta fatal!!!!! pa un todo terreno nops o coche alto tampoco :PPPP
Totalmente de acuerdo... una bonita actividad... pero que se puede ir de "madre" con el horario... :-)))
Un saludo ... apañeros...
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