jueves, 13 de septiembre de 2007

Mount Norquay

"Scrambles in the Canadian Rockies", califica la ascensión al Mount Norquay como difficult, así que nos vamos para allí a ver qué hay.

Como tenemos coche, lo usamos para acercarnos a la estación invernal de Norquay, a cinco o seis kilómetros de Banff, a 1600 metros de altura. Dejamos el coche en el enorme y desierto párking, e intentamos situar el inicio de la ruta. Entonces ocurre algo que marcaría el rumbo del resto de nuestra estancia en Canadá:

Vemos dos tíos con aspecto de montañero!!

Nos acercamos, Hi y esas cosas, que pronto derivan en Habláis castellano, no?, con marcado acento gallego. Pues nada, son Tino y Xose, acaban de llegar a Banff, y pensaban darse un paseo para acercarse a ver el Mont Louis. Comentamos que vamos al Norquay, y que de arriba se verá bien, y tiramos todo para arriba.

La primera parte de la ascensión consiste en remontar la pista de esquí hasta alcanzar la parte superior de la estación. La pista es negra , pero de verdad, no como las de Valdesquí (allí le dan dos rombos). Después de sudar lo nuestro, llegamos al comienzo de la ruta. El libro, o lo que acertamos a entender, indica dos opciones, un muro en el fondo del corredor, o un escaqueo por la izquierda. Como no vemos claro el escaqueo, nos vamos al muro, que es más evidente. Es un tramo de unos diez metros, vertical a ratos, pero con mucho cazo, II o así. Después, unos trescientos metros de tartera fácil e incómoda nos llevan a la arista de la cima Este. Muy a lo lejos se ve la cima principal, la Oeste. Comprobamos que tendremos para un rato.

La arista de la cima este es entretenida. Mayormente fácil, con algún paso aislado, y una trepada de segundo por una chimenea para alcanzar una de las numerosas falsas cimas. Y el panorama, espectacular. Una vista aérea de Banff, con el Mount Rundle detrás, el vecino Cascade Mountain, bosques inmensos por todas las direcciones, la silueta del Assinniboine inconfundible en la distancia.

La bajada al collado entre las cimas este y oeste se hace por una tartera empinada, de piedra fina, muy cómoda para bajar. Después, prados hasta la base de la cima oeste. Hay un par de chimeneas que requerirían escalar demasiado, así que se cruza un corredor empinado y se flanquea hacia la derecha hasta ganar la arista, que se sigue con cuidado hasta la cima, con algún paso corto de II descompuesto. Allí nos echamos las fotos de rigor, escribimos algo en el libro de piadas, y echamos un vistazo al vecino Mount Louis.
Es espectacular, tiene un aire al Naranjo, con caliza gris y muy tieso por todos los ángulos. Lo apuntamos en la lista, y volvemos con cuidado hasta el collado. Después, remontamos la empinada pedrera suelta hasta la cima Este, con bastantes menos alegrías que a la ida, y deshacemos la entretenida ruta de ascenso.

Muy recomendable ascensión, 1000 metros de desnivel y un punto de dificultad (PD, más o menos). Un buen lugar para tomar contacto con la montaña en las rocosas.

2 comentarios:

Pekas dijo...

Uno de esos lugares en los que tengo que perderme algún día...
( literal...)

Lo dicho... sigue la envidia...
:-))))))

Anónimo dijo...

Sé que aquí no pinta nada, pero es que vi el sms de Gabi tarde.
Recuerdos a vosotros también, jijiji.
Y ahora al tema, joer, ese azul del lago.......