L1 (5a): La vía sigue una diagonal herbosa hacia la izquierda, para alcanzar la arista. No tiene gran dificultad, pero si hay humedad, las transiciones hierba-roca son graciosas. Al final de la diagonal está el paso de quinto, en una especie de chimenea que se protege bien. Un poco más arriba se hace reunión en dos parabolts. Este largo es el único que nos salió de más de cincuenta metros, pero no hay problemas para hacerlo, ni el resto de la vía, con cuerdas de 50.
L2(5a): De la R se sigue un poco hacia la izquierda, para buscar el paso más sencillo del resalte, que está bien protegido con un friend. Después, se sigue hasta la R, con algún seguro.
L4(5b): De la R enseguida se llega a un murito con diedros con la entrada algo desplomada. Meto un friend, lo pruebo, pero no lo veo muy claro. Estoy un rato y al final me decido por el escaqueo por la derecha. Cambio el friend del sitio y encuentro un clavo junto al friend que he puesto. Sigo por la rampa a la derecha y encuentro un parabolt. Tiro un poco más hacia arriba y cuando la cuerda empieza a pesar, monto R en un buen merlet. Tal vez me haya perdido algo, porque el 5b no lo he visto. En cambio, en la repisa de la R veo algo que brilla. Pa la saca.
L7(5a): Conscientes de que estábamos fuera de la vía, hacemos una tirada matojera para intentar volver a la arista, resultando uno de los peores largos que se recuerdan. Llegamos a la R, desde donde vemos el largo, que parece una bonita placa de adherencia. Pero no estamos para rapelarlo y comprobar si es tan bonito como parece.
Llegados aquí estamos a mitad de vía, buen momento para hacer una parada, y evaluar los daños. Hemos hecho seis de los nueve largos de quinto, pero aún nos quedan dos de 5c. De agua llevábamos tres litros y ya estamos en la reserva. El sol sigue plantado encima nuestra, calentándo de lo lindo. Físicamente estamos también bastante justos. Rapelar la vía es bastante complicado. Seguramente el abandono más sencillo en este punto sea rapelar por la Durendalle o les Enfants. Pero tampoco estamos tan mal, sólo necesitamos que el sol nos deje de pegar duro como lo ha hecho durante todo el día. Buscamos la sombra de unos bloques, reposamos un poco, comemos algo, y continuamos el camino.
L9 (3c): Largo cómodo hasta que se junta con la salida de les Enfants de la Dalle, a la altura de la última chapa. Un paso que no es 3c y se llega a la reunión.
L11(5c+): En efecto, la vía sigue el filo del espolón, y no se lo escaquea. En cambio, al meterse en faena la cosa cambia. Al principio, una placa fina pero factible, bien protegida con un parabolt nos lleva a un replano en la arista. Un paseíllo aéreo pero fácil nos lleva a la travesía de 5c+. Dos metros y pico de travesía por una placa lisa. Así, a vista, me pareció imposible, pero hay un parabolt al principio, otro a mitad de la travesía, y un enebro en el diedro de salida. El A0 me salió bordado. Después no tiene más problema que el ir viendo el largo siguiente cada vez más cerca, e ir comprobando que la vía sí que va por ahí.
Sobre la reseña ya hemos pasado lo duro, estamos justísimos de fuerzas, pero no deberíamos tener problemas. Además, las nubes de evolución comienzan a hacer su trabajo, y el sol nos da algo de tregua.
L13(4c): Se camina hacia la derecha y después se remontan unas placas fáciles, con roca algo delicada, hasta la R. Seguramente tercero.
L16(4a): Un muro vertical con mucho canto, una travesía y una diagonal fácil en adherencia, para llegar a la última R de la vía. La cuerda roza bastante. Y ya está la vía. Los franceses han desaparecido, seguramente se hayan desencordado en este punto. Nosotros optamos por una solución intermedia, plegamos una de las cuerdas y tiramos al ensemble con la otra. Hasta cima
Y ya está, casi. Guardamos el material, y arrancamos para abajo, agotados y totalmente deshidratados. Una primera parte del descenso incómoda da paso a un tramo más cómodo, donde el sol vuelve a aparecer para intentar darnos la puntilla. Tras un tramo agónico, logramos introducirnos en el bosque. Allí, la sombra nos permite seguir bajando hasta que, por fin, llegamos al arroyo, donde nos prehidratamos, y nos aseguramos la supervivencia hasta el coche, donde nos esperan unas cervezas fresquitas.
Ha sido una vía muy dura, más aún teniendo en cuenta que le hemos entrado un poco tarde, y bastante justos de fuerzas en un día demasiado caluroso. La vía nos ha resultado más exigente que la Josephine, tiene bastante de aventura, algunas zonas un poco feas, un largo muy muy bueno, parabolts en los pasos duros y tramos de autoprotección. La retirada es bastante complicada en casi toda la vía. El ambiente a partir de la R7 es excelente, con todo el patio de la cara sureste, y la mano y la Taillante. Muy alpino.
De material, utilizamos friends de todos los números. Concretamente, en el tramo desde la salida de la Durendalle y les Enfants de la Dalle a cima colocamos cuatro piezas, en el L12 el Z5 de WC porque la primera chapa está un pelín alta y el #.5 y el #.75 de BD para proteger el escaqueo del último parabolt y en el L14 el #2 para acerar el 5b. Todos más por falta de grado que para proteger puesto que los pasos duros están con parabolts. Si algún día nos animáramos a meternos a les Enfants creo que sólo llevaría cintas largas para merlets y sabinas, y no llevaríamos ningún friend para este tramo, o a lo más el Z5, que no pesa. El resto, teniendo el grado son prescindibles tranquilamente en el último tramo.
Tío, eres mi héroe jajaja! Q mieeeddooooooo!
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