viernes, 22 de febrero de 2008

Under the moonlight


Ayer noche, nocturna a la Mola de Sant Llorenç de Munt, para disfrutar de la luna llena. La semana ha sido un poco liada, y nos dejamos algunas cosas básicas, como el mapa, la cámara de fotos y los bizcochos para untar en el chocolate caliente, lo cual estuvo a punto de comprometer el buen desarrollo de la actividad.

Salimos de Can Robert, y a buen ritmo nos adentramos en la canal de l'Abella. Vamos sin mapa, pero un buen conocimiento de la zona (por parte de Sergi, claro) lo suple. El terreno es bastante sombrío, y se hace necesario el frontal. Igual en otra orientación hubiéramos visto más, pero el bosque oscuro con la humedad de las lluvias de los últimos días también tiene su encanto. En tres cuartos de hora llegamos a la Cova del Drac. Desde allí, ya con más luz alcanzamos fácilmente la cima de la Mola.

Cenamos un poco mientras las nubes ocultan la luna. Sacamos el termo de chocolate, que no está tan caliente como debiera, pero aún así se agradece. Sin bizcochos para untar no queda otra alternativa que utilizar los dedos para rebañar los vasos.

Después hacemos una sesión de fotos. Todavía hay gente que usa carrete, así que habrá que esperar para ver los resultados. Yo tiro alguna con el móvil, que no creo que valga gran cosa.

Mientras tanto, aparece otro grupo numeroso que ha tenido la misma idea que nosotros. La gente está muy mal. Para bajar, tomamos el Camí dels Monjos hasta la Sardineta, y de allí, por Can Poble llegamos en un momento al coche, justo antes de la medianoche, que con la luna llena y los aullidos de los perros en Can Robert, se nos ponían los pelos de punta. Y las orejas.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Margalef, el video.

Aquí está el video producido por Iran, con la aparición estelar de Cayetana de Alba.



También podéis ver la crónica de Gatta, y la de Lai
Y la del blog a estrenar de Natsuki.
Y también, a última hora, el vídeo producido por Ricardo

lunes, 11 de febrero de 2008

Margalef. Culo o codo.

Yesterday, and days before, sun is cold and rain is hard,
I know; been that way for all my time.

Este sábado aparecimos por Margalef. La idea era repetir lo de Pont de Suert, con más gente y menos agua. Y así se hizo. Tres veces más de gente, y nada de agua. En cambio, sol y buen tiempo. Así que pudimos escalar a gusto.

Empezamos por Can Torxa:

Trumfus peluts, V+, muy dura para calentar, pero es de lo más sencillo del sector. No la encadeno ni de lejos. A Montse se le da mejor.

Senyor Esperó, V+ bastante más sencilla, y algo más corta, esta sí que va a la libreta. Las primeras tres chapas las hice en bavaresa, así que igual fui por otra vía.

Follet Tortuga, V+, larga, y con una zona naranja curiosa. Hay que colocar bien los pies y fiarse de ellos, o sea, escalar, que nunca se me ha dado bien. Me cuelgo por todos los lados antes de llegar a la R. Montse sí que la encadena después de mirarse un buen rato un paso largo.

L'escorpi, 6a. Comparte entrada con Trumfus peluts, y se llevan muy poca diferencia en grado. Me quemo en uno de los chapajes, pero la tenía que haber encadenado.

Con eso ya nos fundimos, así que nos dedicamos a ver escalar a la gente. En la foto, Dani en Ibán tres potes. Y a esperar que llegue la hora de cenar. Por sorpresa aparecen Susi y Horn, pero donde cenan 50 cenan 52. Después de un atracón de proteínas para recuperar, un poco de sobremesa con concurso de culo o codo incluido, y a dormir a la presa, que estamos baldados.

El domingo visitamos Can Llepafils.

L'Home Flor, V. Otra vez demasiado dura para calentar. Parecía placa tumbada, pero arriba es casi vertical. En la última cinta no veo los pies, y me cuelgo. Montse sí que la encadena. Le doy un segundo pegue y me la apunto, pese a que me voy por donde no es y tengo que destrepar unos pasos.

Cutty Sark, IV Esta es la que tenía que haber elegido para empezar.

Raticulín, V. Vía de fisura vertical con mucho canto, para evadirse de las placas con agujeros. Sale bien.

Tío raro, V. Entrada fina por roca pulida, y luego cada vez más fácil. Por envergadura llego a los cantos buenos y de ahí para arriba, pero a los bajitos les cuesta más que un quinto normal.

Air Bamba, V+. Me pierdo en la primera chapa, y me bajo. Montse coloca pies y la encadena. Al segundo pegue me vuelvo a perder en la entrada. A la tercera Montse me flashea los pies, y acabo apuntándomela.

Nos movemos hacia el desplome central, donde están los duros probando seisbes con entradas durísimas. Montse se atreve a topropear Desakato, 6a. La entrada es, en efecto, durísima, pero la placa de arriba se puede disfrutar.

Yo prefiero montar Llepafils, V+. Esta en cambio es muy sencilla para ser quinto. La roca es pulida al principio, y hay que mirárselo un poco, pero luego es muy tumbada.

Y para acabar Pampa Mix, V, aún más fácil que la anterior.

Y cada mochuelo a su olivo. Ha sido un placer reencontrarse con tanta y tan buena gente.


lunes, 4 de febrero de 2008

Anorexia al Mallo Colorado. Riglos Invernal.

... Aún llegamos a tiempo de ver la puesta del sol en los mallos de Riglos. Vamos al nuevo refugio de Montañeros de Aragón, donde nos atienden de maravilla. Además, ducha, cena y sábanas limpias para dormir.

El domingo por la mañana nos levantamos sin prisa. Aún hace frío, y el día está algo gris. Nos damos un paseo por la base de las paredes, donde sólo una pareja se atreve a acercarse a la murciana al Pisón. Casi a las once vemos que el día no va a mejorar mucho, así que nos decidimos a ponernos en faena con lo que tenemos. Y nos acercamos al Mallo Colorado a hacer la Anorexia. En veinte minutos desde el depósito se llega a la base de la pared. Nos preparamos rápido y comienzo a escalar. Hay un paso casi al principio. No es demasiado duro, pero todavía la roca está muy fría, y yo también. A pesar de todo, lo supero, y sigo camino de la reunión. Antes de llegar veo que empieza a nevar. Nada serio, pero es señal del frío que hace. Ya en la R me pongo los guantes para recuperar la cuerda y a mis compañeras de escalada.

En cuanto llegan, seguimos para arriba. El segundo largo es un poco más duro, o soy yo que estoy más frío, y tengo que acerar en la parte inferior. Después es más tumbado, y se hace rápido. En la R2 me alegro de nuevo de haber cogido los guantes. Sigue cayendo algo de agua. La roca está algo húmeda, no molesta para escalar pero sí que enfría antes los dedos.

El tercer largo empieza muy tumbado, y se acaba andando. Es más fácil escalar que dar cuerda. En un momento se llega al pie del último resalte. La R3 es bastante expuesta al viento, con lo que en cuanto puedo me voy directo a la cima.

El cuarto largo es sencillito. Tiene sólo una minipanza, que intento sacar con guantes, pero me los tengo que quitar para poder seguir. Después, fácil hasta la R. Con las prisas me he olvidado el aparato asegurador abajo. Como al menos tengo dos mosquetones de seguro, hago un dinámico autoblocante, o Remy, para recuperar a Montse, que ya trae el Toucan. Sube después Silvia, justo cuando estoy dejando de sentir los dedos de los pies.

Queda un rápel de treinta y cinco metros hasta abajo. Al tirar las cuerdas, el viento se las lleva hacia Francia, y las enreda estratégicamente en una sabina. Hay que hacer una película para desenredarlas y poder llegar al suelo. Abajo ya hace menos aire, y calzados y con las manos más calientes bajamos presurosos a buscar un bocata al bar de Toño. Ya llegando al coche sale el sol, como riéndose de nosotros y del frío que nos había hecho pasar.

Marchando otra de vermouth.

Este sábado tocaba otra vez el Culivillas.
La idea era continuar en el punto donde habíamos abandonado la semana anterior. El pronóstico del tiempo era algo incierto, un poco de nieve de madrugada y luego muy nuboso mejorando a lo largo del día. Pasamos la noche en el Corral de Mulas, algo de ventisca y bastante frío fuera, y algo mejor dentro del coche. De paso homologamos el Xsara Picasso para dormir tres. Al amanecer, empezaron a aparecer claros, y al empezar a caminar ya se veía que iba a ser un día soleado.

En la aproximación la nevada de la noche apenas había servido para ocultar la huella de los días anteriores, así que resultó un poco más trabajosa que la anterior vez. La pala Norte del Culivillas se hace larga, pero acabamos llegando al circo superior, donde nos preparamos el material, que esa lección ya la habíamos aprendido. Al pie del cono del pie de vía sacamos la cuerda, y me pongo en faena.

Tiro directo hacia la reunión que habíamos abandonado. Compruebo que no es lo mismo ir a pelo, a vista y con un mochilón en la espalda que con la cuerda, la mochila ligera y conociendo la vía y sabiendo que arriba está la R montada. Con todo, meto un friend, y me hubiera gustado proteger algo más, pero no es fácil, y si el otro día subí, pues hoy también. Llego arriba, y en conjunto me parece difícil (D). Me anclo a la reunión, espero a que se me descongelen las manos y comienzo a recuperar a mis segundas, que suben sin más dificultades que las de vencer el frío.

El segundo largo debe ser una travesía a la izquierda, hasta ganar el eje de la canal. El comienzo se protege bien con friends medianos, pero el último paso tenía sorpresa. Hay que hacer un pequeño destrepe de un par de metros para llegar a la canal, pero desploma. Así que hay que buscar el camino por arriba, pero hay que darse un paso de bavaresa en mixto demasiado complicado para lo que sabemos hacer. Además, volver hasta la R es sencillo. Con esas opciones, me vuelvo a la R, y le pido a Montse que se lo mire. Hace la travesía, comprueba que sólo es un paso el que nos separa de la canal, prueba la bavaresa, pero se le mueve un pie, y se le quitan las ganas de mixtos, así que agachamos las orejas y para casa.

El rapel por la canal es como un dejà vu de la situación de la semana anterior, aunque esta vez hemos avanzado diez metros más. Además, vemos el resalte de hielo por donde va la vía y que evitamos el finde anterior para no sacar la cuerda, y ahora nos parece sencillo. Es tarde ya para meterse otra vez para arriba, así que lo dejamos para otra ocasión.

Llegamos al párking a buena hora, y además nos da el sol, con lo que aparcamos la idea de volver a casa, y optamos, en cambio, por descender el río Gállego, por Caldearenas y Javierrelatre, hasta Murillo. Aún llegamos a tiempo de ver la puesta del sol en los mallos de Riglos ...